Nino, 2023 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
LOS GATOS
Stephen KingLos gatos vivían peligrosamente y muchos tenían una muerte violenta, casi siempre, fuera del alcance de la vista de los humanos. Allí estaba Church, dormitando al sol (o aparentándolo), Church que todas las noches dormía apaciblemente en la cama de Ellie, Church que era tan gracioso cuando chiquito, jugando y enredándose con el ovillo de lana. Y no obstante, Louis le había visto acechar a un pájaro que tenía un ala rota, con sus verdes ojos brillantes de curiosidad y de sadismo, según le pareció a Louis, de placer. El gato casi nunca mataba a los bichos que acechaba, con la única excepción de una rata grande que atrapó en el callejón situado junto a su bloque de apartamentos. Realmente, aquella vez Church se cargó a la rata. Volvió a casa tan magullado y lleno de sangre que Rachel, que estaba de seis meses de Gage, tuvo que ir corriendo al baño a vomitar. Vidas violentas y muertes violentas. Un perro los abría en canal en lugar de limitarse a perseguirlos, como hacían los perros torpes y un poco tontos de las películas de la tele, o se los llevaba por delante otro gato, o un cebo envenenado, o un coche. Los gatos eran los gángsters del mundo animal, que vivían y a menudo morían fuera de la ley. Eran muchos los que no llegaban a viejos al calor de la chimenea.
Cementerio de animales
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