Mío y tamales Foto de Triunfo Arciniegas |
Anoche llegaron los tamales. Después de medianoche, con trasteo y todo, pasó René a dejarlos. A las dos de la mañana hice café y calenté el primero. Los gatos y yo nos relamimos. Anoche no dormí, primero esperando los tamales y después porque me entretuve terminando de leer Cementerio de animales, de Stephen King. La tercera y última parte, donde el ritmo se acelera, me arrastró hasta el amanecer. Fue glorioso.
En otras partes preguntarán qué es un tamal. Una masa condimentada, suave, con diversos granos y carnes, envuelta en hojas de plátano y amarrada con cabuya. Es el tamal santandereano. Me gusta más el tolimense, que viene con arroz, se amarra distinto y tiene una forma redondeada. En ambos casos, las hojas de plátano son imprescindibles.
No los sé hacer. Tienen su ciencia. El tamal y la arepa son muy propios de gastronomía colombiana y los comemos con frecuencia, pero en cada región se preparan de distinta manera.
No hay diciembre sin tamal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario