Diane Keaton y Woody Allen Annie Hall, 1977 |
Inmortaly and my apartment
By Woody Allen
Interviewed by Michiko Kakutani
One deceptive appeal of being out there with other people is that it gets you away from the job of writing. It’s less lonely. But I like to stay home and write. I’ve always felt that if they told me tomorrow I couldn’t make any more films, that they wouldn’t give me any more money, I would be happy writing for the theater; and if they wouldn’t produce my plays, I’d be happy just writing prose; and if they wouldn’t publish me, I’d still be happy writing and leaving it for future generations. Because if there’s anything of value there, it will live; and if there’s not, better it shouldn’t. That’s one of the nice things about writing, or any art; if the thing’s real, it just lives. All the attendant hoopla about it, the success over it or the critical rejection—none of that really matters. In the end, the thing will survive or not on its own merits. Not that immortality via art is any big deal. Truffaut died, and we all felt awful about it, and there were the appropriate eulogies, and his wonderful films live on. But it’s not much help to Truffaut. So you think to yourself: “My work will live on”. As I’ve said many times, rather than live on in the hearts and minds of my fellow man, I would rather live on in my apartment...
Woody Allen
Scarlett Johansson y Woody Allen |
Woody Allen
LA INMORTALIDAD Y EL APARTAMENTO
Traducción de Mirta Rosenberg
El atractivo engañoso de estar allí con otra gente, filmando, es que eso lo aleja a uno de la tarea de escribir. Es menos solitario. Pero a mí me gusta quedarme en casa y escribir. Siempre he sentido que si mañana me dijeran que no puedo seguir filmando, que no seguirán dándome dinero, yo sería feliz escribiendo para el teatro; y si nadie quisiera producir mis obras, sería feliz escribiendo prosa; y si no me publicaran, lo mismo sería feliz escribiendo y dejando lo escrito para futuras generaciones. Porque si hay algo de valor en lo escrito, vivirá, y si no hay nada, mejor que no sobreviva. Esa es una de las cosas buenas de la escritura, o de cualquier arte: si es lo verdadero, simplemente vive. Todo el barullo alrededor de eso, el éxito o el rechazo crítico… nada de eso importa verdaderamente. En última instancia, la cosa sobrevivirá o no por sus propios méritos. No porque la inmortalidad por medio del arte sea gran cosa. Truffaut murió, y todos nos sentimos pésimo por eso, y tuvo las alabanzas apropiadas, y sus maravillosas películas sobreviven. Pero eso no le sirve de mucho a Truffaut. De modo que uno piensa para sí: “Mi obra sobrevivirá”. Como lo he dicho muchas veces, antes que vivir en los corazones y las mentes de mis congéneres, prefiero vivir en mi departamento.
Confesiones de escritores
Los reportajes de The Paris Review
El Ateneo, Buenos Aires, 1998
2 comentarios:
maravilloso!
vivo en un apartamento en buenos aires, encontrare el libro acá?
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