Samanta Schweblin Madrid, 2015 Fotografía de Karina Beltrán |
Samanta Schweblin
DESACRALIZAR
Lo que tengo claro es que hay que desacralizar la idea del escritor como genio. La escritura es oficio, sí. Se puede aprender, como todo. La principal búsqueda de un escritor es hallar su mirada especial, una mirada que también hay que desacralizar porque está en cada uno de nosotros. Hay que aprender a mirar al mundo a través de uno mismo y eso se descubre en el proceso del oficio. Junto al aprendizaje estilístico, hay un aprendizaje muy íntimo, muy personal, que hay que estar dispuestos a acometer. A mis alumnos lo que les enseño es que lo que uno escribe en una primera sentada es solo material. Hay que luchar con ese material, asumirlo y entenderlo para sacar de él el mejor cuento posible.
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