El factor Rachel’, de Caroline O’Donoghue: una divertida historia de horror ‘milenial’
La autora, exponente de una nueva ola de escritoras irlandesas, describe la relación entre una pija heterosexual empobrecida y enferma de literatura y un homosexual de clase obrera durante la crisis de 2008
Cuando se conocen, los dos están en el armario. Rachel está desesperada porque alguien la toque “y aterrada ante la idea de echarme a perder”. James piensa que salir “es una decisión política y nada práctica, al menos para un hombre gay”. Sus caminos se cruzan en esa época mágica que romantizamos en la mediana edad; la de salir todas las noches y hacer amigos sin esfuerzo. “Sin darme cuenta memoricé los nombres de casi 100 personas de entre 18 y 30 años con trabajos de media jornada —observa Rachel— cada uno de los cuales tenía un novio o una novia en un grupo de música en la radio del campus o a cargo de las listas de invitados de las salas de los conciertos”.
Se conocen, se flechan y florecen juntos en un apartamento roto donde son pobres y felices, dos mundos de fantasía fuertemente interconectados que los protege y aliena del mundo. “Llevaba casi tres años estudiando literatura había leído sobre el grupo de Bloomsbury y sobre el París de los años veinte sin embargo no era capaz de ver el surgimiento de una escena que se producía delante de mis narices jamás se me pasó por la cabeza que las bandas que vi que la ropa que nos poníamos la gente con la que nos acostábamos fuesen los bordes de una circunferencia más grande las hechuras de un círculo”. Tampoco relacionan la falta de trabajo con la crisis y la recesión. Su relación evoluciona cuando ambos se encaprichan del mismo profesor de literatura victoriana. El doctor Byrne y su esposa editora cumplen el rol de la fabulosa pareja intelectual, con su barbacoa George Foreman, su alfombra nepalí hecha a mano y su encimera llena de tartaletas hojaldradas de crema y sándwiches de jamón y brie, que sirve de vehículo aspiracional para dos niños que se asoman juntos al borde de la vida adulta, con no tan predecibles complicaciones.
O’Donoghue, que encontró fama escribiendo la trilogía para adolescentes All Our Hidden Gifts, tiene un talento especial para ir retirando, capa a capa, la máscara de los personajes para ofrecernos su tierna carne interior. La vulnerabilidad de las relaciones asimétricas. “A veces me siento como si hubiera estado en coma o algo parecido antes de conocerte”, le dice Rachel a James. Pero, cuando él le responde que sabe perfectamente a qué se refiere, Rachel no sabe si lo que quiere decir es que reconoce que ella estaba en coma o que él también se ha sentido así.
Cuando la trama estalla, un episodio catártico que transforma la comedia de enredo en esa historia de terror milenial, cada partícula se asienta con una precisión sorprendente, reordenando el cosmos de forma sorprendente y satisfactoria. El Factor Rachel está siendo adaptada a la pequeña pantalla para la productora norteamericana
El factor Rachel
Traducción de Regina López Muñoz
Libros del Asteroide, 2024
344 páginas, 21,95
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