León XIV
El Papa "peruano" que Bergoglio escondía en la manga
¿Cómo un agustino desconocido en las quinielas saltó al trono de Pedro? La respuesta está en los Andes.
Mientras los medios especulaban con cardenales filipinos, africanos ultramontanos o italianos maquiavélicos, el nombre de Robert Prevost ni siquiera aparecía en las apuestas. Pero Roma es un teatro: el verdadero drama se había escrito años antes, en las quebradas del Perú, donde este estadounidense de Illinois pasó cuatro décadas moldeando el perfil que Bergoglio quería para su sucesor.
1. Perú: El laboratorio bergogliano
Prevost llegó a Lima en 1985, cuando la Iglesia peruana vivía su tensión más cruda:
- Guerra interna: Entre curas progresistas (aliados de la teología de la liberación) y conservadores (que rechazaban su "marxismo").
- El estilo Prevost: Ni revolucionario ni reaccionario. Fue un puente: amplió parroquias en villas miserias, pero sin desafiar a Roma.
"Era como Bergoglio: cambiaba estructuras, no doctrinas", dice un misionero franciscano en Cusco.
Su gran obra: reformar la Orden de San Agustín (que dirigió dos veces) con un pragmatismo silencioso:
- Cerró seminarios lujosos en Europa y los trasladó a Ayacucho y Puno.
- Pero nunca criticó el celibato ni apoyó el diaconado femenino.
2. El "cardenal secreto" de Bergoglio
Francisco lo nombró obispo de Chiclayo en 2019 (¡saltándose la nunciatura!). Luego, en 2022, lo llamó a Roma para dirigir el Dicasterio para los Obispos (el "ministerio del interior" vaticano). Allí, Prevost filtró candidatos afines al proyecto bergogliano:
- Consagró a obispos "de sandalias" (como el exminero de Huancavelica).
- Bloqueó a ultratradicionalistas (como el círculo del cardenal africano Sarah).
¿Casualidad? Prevost era el hombre que conocía el mapa global de la Iglesia... porque lo había dibujado.
3. El cónclave: La partida de ajedrez final
Bergoglio no necesitó hablar. Su legado estaba ahí:
- Cardenales "periféricos": El 60% del colegio cardenalicio fue creado por él. Muchos llevaban en la sotana el olor a pollera de las favelas.
- La trampa de la humildad:
Mientras los papabili se paseaban por televisiones, Prevost ni siquiera tenía redes sociales. Era el anti-star system que el argentino predica desde 2013.
Cuando en la cuarta votación sonó "Habemus Papam", hasta los lobbies romanos palidecieron: el "outsider" ya tenía las llaves.
Conclusión: ¿Por qué Prevost?
- Geopolítica vaticana: Es yanqui (para calmar a los conservadores de EE.UU.), pero con corazón latinoamericano (para mantener la revolución pastoral).
- El testamento de Bergoglio: Una Iglesia más sinodal, menos palaciega... pero sin cismas doctrinales.
¿Lo dejó todo atado? Sí. Pero con nudos que solo él sabe deshacer.
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