domingo, 27 de julio de 2025

Casa de citas / Philip Larkin y otros

 

Philip Larkin


PHILIP LARKIN Y OTROS

¿Conoció a Eliot?

PHILIP LARKIN: No lo conocí. Una vez yo estaba hablando con Charles Monteith en las oficinas de Faber & Faber —las antiguas, en Russell Square nº 24, ¡esa dirección mágica!— y me preguntó si conocía a Eliot. Le dije que no y, para mi sorpresa, salió y volvió con Eliot, que debió estar en la oficina de al lado. Nos dimos la mano y me explicó que esperaba a alguien con quien debía tomar el té, así que no podía quedarse. Se produjo un silencio, luego del cual me dijo que se alegraba de verme por esas oficinas. Lo curioso es que yo no era un autor de Faber —esto debe haber sido antes de 1964, el año en que ellos publicaron Las bodas de Pentecostés— así que lo tomé como un gran cumplido. Pero fueron unos minutos un poco tensos y ni siquiera recuerdo lo que pensé.

¿Y a Auden? ¿Tuvieron alguna relación?

PHILIP LARKIN: Tampoco lo conocí. Una vez me encontré con él en la casa de Stephen Spender, algo muy gentil de parte de Spender, y de alguna manera era más intimidante que Eliot. Recuerdo que me preguntó si me gustaba vivir en Hull, y yo le respondí que suponía que no era más infeliz allí de lo que lo sería en cualquier otra parte. A lo que replicó: travieso, travieso. Pensé que era muy gracioso. Pero todo este negocio de conocer escritores famosos está agonizando. Pasé unos cuantos minutos terribles con Foster. Fue mi culpa, no la suya. Una vez vino Dylan Thomas a hablar a un club de Oxford al que yo pertenecía y a la mañana siguiente nos juntamos a tomar un trago. Él sí que no era intimidante. De hecho, y sé que esto puede sonar absurdo, podría decir que, en este tipo de situaciones, yo tenía mucho más en común con Dylan Thomas que con cualquier otro «escritor famoso».

En la introducción a la segunda edición de El barco del Norte usted menciona a Auden, a Thomas, a Yeats y a Hardy como sus primeras influencias. ¿Qué cosas aprendió específicamente del estudio de estos cuatro autores?

PHILIP LARKIN: ¡Pero por favor, si uno no estudia a los poetas! Uno los lee y piensa: esto es maravilloso, ¿cómo lo habrá hecho?, ¿podría yo hacer lo mismo?, y así es como uno aprende. Al final no puedes decir ese es Yeats, ese es Auden, porque ya se han ido, como andamios que hubieran sido retirados. Thomas era un callejón sin salida. ¿Qué extraje de cada uno? De Yeats y Auden el manejo del fraseo, el distanciamiento formal de la emoción. De Hardy, bueno… no tenerle miedo a lo obvio. Todas esas frases maravillosas que escribió sobre la poesía —«el poeta debe tocarnos el corazón mostrando el suyo», «el poeta no toma nota de nada que no pueda sentir», «la emoción de todas las épocas y el pensamiento de la propia»—, Hardy sabía de qué se trataba el asunto.


Entrevista de Robert Phillips
The Art of Poetry No 30
The Paris Review
No. 84, verano de 1982




No hay comentarios: