Persuasión/Sanditon
Traducción: Francisco Torres Oliver
Persuasión, publicada póstumamente en 1818, presenta un cuadro de familia sumamente austeniano: un viudo pomposo que sólo lee el baronetario, una hija soltera llena de pretensiones, una hija casada hipocondríaca y caprichosa, una multitud ruidosa de parientes y vecinos que aparecen por todas partes… y, al fondo, en el último rincón, una heroína sensible, paciente y menospreciada. Pero Persuasión es la última novela de Jane Austen y su heroína no es ya una muchacha en trance de aprendizaje sino una mujer en su madurez. Una mujer que «había dejado atrás la edad de ruborizarse; pero no, desde luego, la de las emociones»; y que ahora, ocho años después de haber rechazado, persuadida por un mal consejo, al hombre que amaba, ve como éste reaparece en su vida, rico, honorable, pero aún despechado. Una mujer que, quizá por primera vez en la historia de la novela, debe luchar para que el amor le conceda una segunda oportunidad.
Esta edición ofrece además, al lector curioso, el jugoso e inédito fragmento de la novela que Jane Austen dejó inacabada al morir, Sanditon.
Nació en 1775 en Steventon (Hampshire), séptima de los ocho hijos del rector de la parroquia. Educada principalmente por su padre, empezó a escribir de muy joven, para recreo de la familia: una muestra de sus textos juveniles puede encontrarse en el volumen Amor y Amistad y en Lady Susan / Los Watson. En 1801, cuando el padre se retiró, la familia se mudó a Bath; y, a la muerte de este, vivió en varias casas hasta instalarse en 1809 en Chawton. A los veintitrés años envió a los editores el manuscrito de La abadía de Northanger, que fue rechazado. Trece años después, en 1811, conseguiría publicar Juicio, a la que pronto seguirían Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814) y Emma (1816), que obtuvieron un gran éxito. Después de su muerte, acaecida prematuramente en 1817, y que le impidió concluir su novela Sanditon, aparecería Persuasión (1818), junto con la inédita La abadía de Northanger. De su correspondencia puede dar ejemplo el volumen Las cartas de Chawton.
Satírica, antirromántica, profunda y tan primorosa como mordaz, la obra de Jane Austen nace toda ella de una inquieta observación de la vida doméstica y de una estética necesidad de orden moral. «La Sabiduría –escribió una vez− es mejor que el Ingenio, y a la larga tendrá sin duda la risa de su parte.»
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