Jon Fosse |
Jon Fosse
SOBRE LA ESCRITURA
I
Suelo decir que para mí escribir es escuchar. Pero lo que estoy escuchando, en realidad lo que estoy escribiendo, tiene que ser nuevo de alguna manera. Tiene que transformar lo común en algo más o menos diferente. Escribir es saltar a lo desconocido, y si tengo suerte puedo llegar a conseguir algo que antes no existía, una manera de ver, de experimentar, con unos personajes que nunca habían visto la luz antes de que yo los creara. Nunca preparo nada cuando escribo. Me siento y empiezo a trabajar. Si el comienzo es bueno, entonces todo el asunto, por así decirlo, la trama, está contenida en las primeras páginas. Así es como lo veo. Y en un momento dado, siento que todo está ya escrito, que ya está ahí, en algún lugar del aire, o donde sea, y sólo tengo que escribirlo lo más rápido posible antes de que desaparezca. Suelo decir que para mí escribir es escuchar. Pero lo que estoy escuchando, en realidad lo que estoy escribiendo, tiene que ser nuevo de alguna manera. Tiene que transformar lo común en algo más o menos diferente. Tengo la idea de que cuando un buen pintor, o un buen escritor, ha hecho su trabajo, podemos ver y experimentar la vida, y el mundo, de una manera diferente a como lo hacíamos antes de que este trabajo de pintura, o de escritura, existieran.
II
Supongo que podría decirse que la escritura es mi mayor obsesión. Una vez la bebida se convirtió en una obsesión para mí, pero ya llevo sobrio desde hace siete años. Marguerite Duras habló sobre la enfermedad de escribir, y entiendo lo que quiso decir. Empecé escribiendo muy joven, alrededor de los doce años, y experimenté que escribir de alguna manera me daba cobijo, me proporcionaba un tipo de protección. Era como si tuviera un lugar secreto dentro de mí. Y todavía estoy dentro de él, todavía estoy escribiendo desde ese lugar secreto. Y lo bueno es que se trata de un lugar que no está influenciado por la repercusión que tengan mis escritos, ni por las buenas o malas críticas, ni por el éxito o el fracaso. Escribí mi primer libro, una novela, cuando tenía veinte años y se publicó cuando tenía veintitrés. Llevo escribiendo durante, digamos, unos cuarenta años y, aunque lo hubiera hecho durante mucho más tiempo, seguiría teniendo la misma necesidad, la misma urgencia, de escribir. Quizás ahora incluso se haya acentuado más que nunca. Lo mejor de la escritura es la escritura en sí misma, cómo consigue alejarme de mi persona, cómo da vida a algo que antes no existía. Experimento la escritura como un regalo. Lo que escribo me lo dan a mí. Sólo tengo que escuchar y expresar por escrito lo que de alguna manera estoy oyendo.
III
No planeo nada antes de empezar a trabajar. Me siento y empiezo a escribir. Y si hay algo en el principio, entonces, hasta cierto punto, todo está ahí, al menos así es como lo siento. Sólo tengo que escribirlo antes de que desaparezca. Y sí, he tenido la idea de que escribir es una especie de oración. Lo dije en una entrevista y sentí que había dicho algo estúpido. Más tarde me enteré de que esto ya lo había dicho Franz Kafka. ¡Así que no podía ser tan estúpido!
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