Vladímir Putin |
Manuel Vicent
PUTIN III
No preguntes cómo llegó a la cumbre sorteando y repartiendo puñaladas, hasta conseguir el favor del beodo y destartalado Boris Yeltsin. Era el tiempo en que el derribo de la Unión Soviética exportaba a Europa levas de prostitutas y criadas, mafiosos gordos con cadenas de oro que nutrían los bajos fondos y eran a su vez procaces y brutalmente ricos. Putin se propuso devolver a la patria humillada el orgullo perdido de primera potencia. Ante todo había que hacerse respetar. Conocía el alma rusa y sabía que su convulsión de olla podrida en plena ebullición no podía ser controlada sin el látigo de un buen domador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario