miércoles, 16 de abril de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Retrato de la desolación

 



Triunfo Arciniegas
RETRATO DE LA DESOLACIÓN
15 de abril de 2025

Gonzalo y Álvaro, en compañía de Morgana, portan las urnas con las cenizas de su padre, el escritor Mario Vargas Llosa, fallecido el pasado 13 de abril, en Lima. Gonzalo con ambas manos, casi como un niño que protege el más preciado de los objetos, y Álvaro con una sola mano y encima de una carpeta, como diestro camarero, expresando el dominio que le ha servido para enfrentar el acoso periodístico de los dos o tres últimos y difíciles años. La foto me parece impecable: la palmera y los postes que podrían confundirse con afilados árboles al fondo y los escaños vacíos a la orilla, ese muro mediano que se extiende al infinito y las blancas e interminables columnas de un edificio sin nombre. Expresa, además, la jerarquía: Álvaro, el mayor, avanza resguardado por sus hermanos, mientras Morgana, la menor, marca una leve distancia. Es una lástima que el diario ABC no mencione al fotógrafo. 

No hay consuelo que valga. No hay gloria que alivie el dolor de la ausencia. Todos dirán que ahí queda la obra, grandiosa, admirable, y es cierto, pero el padre ha muerto. No hay consuelo que valga.

Los tres visten con elegancia y sobriedad. Gonzalo y Álvaro caminan con la cabeza baja, y Morgana mira al frente. Los tres portan la ausencia, más que las cenizas.

Los lectores lamentamos la muerte del escritor pero no experimentamos la convivencia ni el peso de los lazos de la sangre. Seguimos con la obra, como siempre, concluida por el portazo de la muerte. Una obra esencial, valiosa, bella, pero sólo es una parte de una infinita biblioteca, la verdad sea dicha. Vargas Llosa ya es otro muerto entre tantos muertos prestigiosos de toda biblioteca. Lo demás es palabrería. Otros autores vienen en camino hacia la muerte y continuaremos la ceremonia de los asombros.

Pero, en cambio, Gonzalo, Álvaro y Morgana han entrado por primera vez en el territorio sin salidad de la orfandad, donde la muerte seguirá sucediendo. Lo que para lectores ya comienza a ser parte del pasado y mucho más cuando baje la marea del espectáculo, para los hijos será el presente eterno.

Por eso la foto resulta tan impresionante. Tan definitiva. Tan dolosamente bella y pura.


15 de abril de 2025


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