“El minivestido con que Isabel Presley junto a Julio Iglesias, bautizó a su hijo Julio José en 1973 está hoy de moda”, dice el titular de una revista de vanidades. ¿Bazaar? ¿Hola? ¿Elle? No importa porque se copian unas a otras.
Hasta ahora ignoraba que los minivestidos hicieran bautizos. O, con más exactitud, que la Preysler ejerciera de cura. Aparte de esta confusión, vale señalar el extravío de las comas. En fin, perversidades del mal uso de la lengua en como diría Vargas “la civilización del espéctaculo”, como diría Vargas Llosa.
Una de estas revistas recrea con menos errores el titular: “Para bautizar a Julio José, su segundo hijo junto a Julio Iglesias, Isabel Preysler optó por la elegancia del color blanco con un minivestido de manga corta con detalle de volante en el bajo y el lateral. Una pieza que derrochaba elegancia y glamour que, actualmente, sigue siendo una de las más demandadas entre las mujeres con estilo”. No es la perfección, pero se entiende.
Un espéctaculo que en 1973 (el año de la muerte de los tres Pablos: Picasso, Neruda y Casals) recién comenzaba. En ese entonces Vargas Llosa ya había ganado el Premio Biblioteca Breve con ‘La ciudad y los perros’ y el Rómulo Gallegos con ‘La casa verde’. Había publicado su indiscutible obra maestra, ‘Conversación en la Catedral’ (1969), y navegaba en la divertida etapa de dos obras menos densas pero muy singulares, donde el humor y la autoficción hacen su entrada, ‘Pantaleón y las visitadoras’ (1973) y ‘La tía Julia y el escribidor’ (1977). Era el marido de Patricia y el padre de Álvaro (1966) y Gonzalo (1967). Morgana cerraría la feliz cosecha en 1974.
La entonces bellísima Isabel Presley, en la flor de la juventud, estaba muy ocupada haciendo niños con Julio Iglesias. Medio siglo después, sus amores con el Premio Nobel serían la delicia de las revistas de vanidades.
Y llega abril, que siempre ha sido cruel. Apenas unos días después de cumplir los 89, el escritor es un puñado de cenizas, mientras la reina de corazones y “de los blazers de cuadros”, de 74, sigue siendo “un referente de elegancia entre las mujeres amantes del estilo clásico”, según informa la revista Elle. Además, oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortall, combina “perfectamente unas zapatillas con vaquero recto”.
La señora se “enfunda” en una infalible chaqueta de cuadros que ha combinado con un pañuelo multicolor. “Una de las tendencias clásicas que no dejamos de ver esta temporada y que promete ser uno de los accesorios más vistos de esta primavera”, precisa Elle.
¿Qué demonios es una chaqueta infalible? ¿Como el Papa? ¿O qué putas es un tacón sensato? Porque así concluye la nota:
“Conociendo el estilo de Isabel Preysler, sabemos que ha combinado este look con un pantalón vaquero recto oscuro y unos botines de tacón sensato”.
En todo caso, y que nadie lo olvide, “un ‘look’ de diez que nos inspira tanto para ir a la oficina como a un evento de tarde”.
16 de abril de 2025
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