viernes, 14 de julio de 2023

Triunfo Arciniegas / Diario / Sobre la torpeza





Triunfo Arciniegas
SOBRE LA TORPEZA
12 de julio de 2023

Hay gente que comenta una obra como si supiera más que el propio autor, al estilo de los comentaristas deportivos que desde las graderías pretenden enseñarles a jugar a los futbolistas que están dejando el pellejo en la cancha.

Esta gente intenta lucirse en un oficio cuyos secretos desconoce. Quieren enseñarle a escribir al autor y a menudo ni siquiera saben redactar. Se ponen por encima del mismo libro, una posición que no pretende ni el mismo escritor cuando es verdadero. La obra siempre es más sabia que el autor.

En vez de adentrarse en la obra como el devoto que deja su calzado en la puerta del templo, quieren ajustarla a las teorías, la moda, la época y los gustos propios, con la misma bravura de un perro sobre un león muerto, para citar la famosa frase de Hemingway, con el perdón de los perros.

Porque, más que la ignorancia, los ciega la altanería. Consideran que su comentario es más importante que la obra comentada o que sus escasos lectores están más interesados en sus opiniones que en la obra. Saben más de música que Shakira, de pintura más que Picasso o de literatura más que Kundera.

De ninguna manera se trata de enfrentarse a la obra sin un sentido crítico o dando por sentada la perfección. Lo que quiero decir es que uno como lector no es más que el autor o el libro. Uno acude a la obra con fe, como a la pila bautismal, según decía Faulkner. Aunque la dicha no está asegurada y desde la misma adoración puede desbocarse al más crudo ateísmo, no puede acercarse a la obra con el cuchillo del carnicero.


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