Mario Vargas Llosa Fernando Vicente |
Mario Vargas Llosa
EL LÍMITE
Sí, yo rehago mucho, corrijo mucho, y hay que ser implacable. Es Flaubert puro. cortar, corregir, cortar; no ser complaciente con uno mismo respecto a las palabras. Hay que meter el hacha. Aunque también el exceso de autocrítica puede ser muy destructor. Si insistes en corregir y en rehacer, puedes estropear lo que estaba bien. Hay que saber cuál es el límite.
Vargas Llosa, Marías y Pérez-Reverte / Somos los últimos pistoleros
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