Adam Zagajewski |
CRACOVIA
Ahora vivo en Cracovia, y es una ciudad hermosa. Es el lugar en el que fui a la universidad. Llegué aquí cuando tenía dieciocho años. Me marché durante mucho tiempo y viví en París y en Estados Unidos. Pero ahora hace veinte años que volví. Debo decir que es mi casa. No es la casa de mi infancia, que estaba en Silesia. Tenía esa amargura del exilio, el niño estaba allí, vivía en aquel presente. Mis padres me decían: “No pienses que esta es tu casa. Estamos en el exilio”. Creo que este lugar es una casa, no una casa absoluta, porque tengo amigos que han nacido en Cracovia que recuerdan cosas que yo no puedo recordar, y siguen mirándome como un extraño porque llegué aquí cuando tenía dieciocho años y me dicen que no entiendo. Pero entiendo… Un día volvía a Lvov, amigos míos no entendían la ciudad, les dije que estuviesen atentos, que era un lugar increíble, que tenían que verlo… Es muy fácil llegar a una ciudad que no es tan bonita como París o no es tan rica como Londres, pero que tiene su propia belleza oculta. Intenté convencerles. “Mirad, el mundo está aquí. Este es el centro del mundo. Al menos ahora, para este momento”.
Adam Zagajewski: “El mundo hoy no es trágico sino dramático, porque está todo abierto”
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