Héctor Abad
MI PADRE Y EL TUERTO
Héctor Abad Faciolince
EL OLVIDO QUE SEREMOS
Planeta, Bogotá, 2007, p. 50
De los muchos ataques que recibió, mi mamá recuerda muy bien el de uno de sus colegas, un prestigioso profesor de la misma Universidad, y director de la cátedra de cirugía cardiovascular, el Tuerto Jaramillo. Una vez, estando mi papá y mi mamá presentes, el Tuerto dijo muy enfático, en una reunión: "Yo no respiraré tranquilo hasta no ver colgado a Héctor de un árbol de la Universidad de Antioquia." Pocas semanas después de que a mi papá, al fin, lo mataron, como tantos durante tanto tiempo habían deseado, mi mamá se encontró con el Tuerto Jaramillo en un supermercado, y mientras este recogía bandejitas de carne, se le acercó y le dijo, muy despacio y mirándolo a los ojos: "Doctor Jaramillo, ya está respirando tranquilo?" El Tuerto se puso pálido, y sin saber qué decir dio media vuelta y se alejó con su carrito de supermercado.
Héctor Abad Faciolince
EL OLVIDO QUE SEREMOS
Planeta, Bogotá, 2007, p. 50
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