Fercho Cuartas
María Luna y las pecas
De infancia se asombraban de ver rostros con miles de pequeños soles derretidos regados por el cuerpo; puntitos salpicados, planetas miniatura, esas pecas que resplandecen cada que la risa sale libre.
En la adolescencia ver esas caras enternecidas por la vía láctea dibujada sobre la piel
Esas constelaciones dibujadas por el ADN de miles de esperas y laberintos del azar
Era encontrar resueltos los enigmas de la noche
Un mundo de jeroglíficos escritos con la parsimonia de un letrado invisible
Los rostros son los rastros
Las comisuras de los labios abren sus paréntesis
Manchas de soles muy antiguos, bellos astros sobre la piel de los que ríen
Encontrar a la mujer con pecas, no hay pecado alguno en sus actos libres
cada peca es un boceto de vidas y naufragios, de expectativas y de encuentros
la infancia no se ha perdido aún del todo, vienen las estrellas a jugar con su gestos
han llegado meteoritos a dibujar un mundo del pasado que juega a no perder la historia
belleza de las tardes, juventudes de la aurora, medio día de los estremecimientos
dulce encuentro con las pecas sin remordimiento, no hay pecados en las pecas.
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