Christy Turlington |
Elsa Fernández-Santos
SOBRE LA BELLEZA
El ensayo de la estadounidense Katy Kelleher, La terrible historia de las cosas bellas. Ensayo sobre deseo y consumo (Alpha Decay) ahonda en la relación cada vez más conflictiva que mantenemos con los objetos preciosos. Kelleher se detiene en perfumes, joyas y sedas para mostrar su cara más fea y decadente. El texto aborda nuestra obsesión por las cosas bellas y el problema de olvidar su verdadero precio. La autora confiesa que empezó a pensar en el tema durante una visita al terapeuta. “¿Qué te hace levantarte de la cama si estás tan harta de todo?”, le preguntó el profesional. Ella respondió: “La belleza, me levanto por la mañana porque espero ver o tocar algo que sea hermoso”.
Es como el famoso monólogo de Woody Allen en Manhattan, ese en el que enumera las cosas que hacen que valga la pena vivir: “Groucho Marx, Willie Mays, el segundo movimiento de la Sinfonía Júpiter, la grabación de Louis Armstrong de Potatohead Blues, las películas suecas, La educación sentimental de Flaubert, Marlon Brando, Frank Sinatra, las increíbles manzanas y peras de Cézanne, los cangrejos de la casa Sam Wo...” .
Es un juego tonto, pero es un juego al que merece la pena jugar. Ahí va mi lista a día de hoy: Marilyn Monroe, mi perro cuando me despierta con la alegría de pasar otro día más juntos, la balada Warm Canto, de Mal Waldron, el atardecer de la meseta y el camino de la montaña vieja de Tánger, los mapamundis, los móviles de Calder, cualquier fotografía de los noventa de Christy Turlington, Jeff Bridges a partir de los cuarenta y, cómo no, Alain Delon.
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