Berta González Harbour
LEER A ANDREA CAMILLERI
Leer a Andrea Camilleri suele tener un efecto médico, balsámico, es una terapia segura para huir de todos los agobios, la crisis y el estrés. Uno comienza a zambullirse en esa prosa veterana y sabia, en ese universo en el que puedes asomarte a los crímenes de más solera de Sicilia con el mejor de los humores posibles, con tanta alegría, y comprueba una vez más que gratifica y divierte desde la línea uno. ¡Qué más da si se cepillan a un chivato o si trafican con armas químicas! La trama siempre es lo de menos cuando hablamos del comisario Montalbano; lo importante es el ambiente, la disección humana, el costumbrismo, el placer de una pluma que se ríe con sorna afilada -y la dosis exacta de respeto o de falta de respeto- de todo lo que le rodea.
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