ALIENTO SAGRADO
Un jefe maorí no soplará con la boca un fuego, pues su aliento sagrado comunicaría su santidad al fuego, la que pasaría de éste al puchero, del puchero a la carne del puchero y de la carne a la persona que comiera la carne del puchero puesta en el fuego así santificado por el santo aliento del hombre sagrado; el que comiera la carne infectada por el aliento del jefe comunicado por estos intermedios, seguramente moriría.
"Personas tabuadas"
James Frazer
La rama dorada
FCE, México, 1993, p. 247
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