Triunfo Arciniegas
DE LA NATURALEZA DE LOS POLÍTICOS
11 de agosto de 2022
“Nena, de no ser por mí tu novio no estaría en la Casa Blanca”, le dijo alguna vez el mafioso Sam Giancana a Judith Campbell Exner. El novio, por supuesto, era John Kennedy. Judith Campell fue amante de Giancana, Frank Sinatra y John Kennedy. Sinatra, famoso por su voz y sus relaciones con la mafia, fue quien puso en contacto a Campbell con Kennedy en las Vegas, el 7 de febrero de 1960, y poco después con Sam Giancana en Miami. De hecho, presentarle mujeres al político ya era una costumbre del cantante. Pero además, como es sabido, le brindó todo su apoyo en la campaña presidencial. Otra mujer que Sinatra y Kennedy compartieron, aunque no al mismo tiempo, fue Marilyn Monroe.
Una vez obtuvo la presidencia, John Kennedy rompió relaciones tanto con Giancana como con Sinatra y Campbell.
La ruptura con Sinatra sucedió en junio de 1962 durante la visita presidencial a California. Se suponía que Kennedy se alojaría en Palm Springs, en la mansión de Frank Sinatra, quien se precipitó a mandar a hacer una placa conmemorando el hecho, aparte de una pista de aterrizaje para helicópteros, un enorme centro de comunicaciones y dormitorios suficientes para el servicio secreto y la comitiva presidencial. Pero, como los asesores le hicieron ver que no le convenía pasar la noche en territorio de un cantante con tan mala reputación, Kennedy prefirió a última hora la menos polémica compañía de Bing Crosby. Sinatra se sintió tan humillado que años después cambió de bando y colaboró con la campaña de los republicanos.
(Según Donald Spoto, Kennedy y Marilyn Monroe pasaron la noche juntos en la casa de Crosby, aunque adelanta la fecha para finales de marzo. Spoto no sólo dice que se trata de la única noche sino que Marilyn no estaba interesada en una relación permanente con el presidente y, como si fuera poco, libra a los Kennedy de toda responsabilidad en la muerte de la actriz. Tres asuntos que otros biógrafos discuten.)
La ruptura entre Judith Campbell y Kennedy se dio casi al mismo tiempo. Campbell guardó silencio respecto a la naturaleza de sus relaciones con el político y, de paso, salvó el pellejo. Campbell fue el vínculo entre Kennedy y la mafia e incluso transportó sobres de dinero. Sólo muchos años más tarde divulgó la relación amorosa pero siguió ocultando el resto.
En cuanto a Giancana, Bob Kennedy se encargó de hacerle la guerra. También se encargó, en más de un sentido, de Marilyn Monroe.
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