Marlon Anzelloti
DALÍ Y EL AIRE DE LAS MENINAS
Una vez le preguntaron a Salvador Dalí sobre que salvaría del Museo del Prado si este se hubiera incendiado, el respondió: "Dalí se llevaría el aire nada menos, y específicamente el aire contenido en Las Meninas de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe".
Pues bien, esta imagen es sin sus personajes, es más bien el mirar el espacio donde el genio pintó su obra más espectacular y que ha sido durante cientos de años, materia de análisis, debates, influencia indudable y perecedera de quien dejó creada esta suprema obra de arte.
Esta pintura es la única de la obra de Velázquez donde apreciamos el techo, en ninguna otra aparece ese detalle, este era su taller y por donde quiso inmortalizar el momento y también a el mismo.
Velázquez hace un uso magistral de la perspectiva aérea, que da esa profundidad a la escena a través del aire que rodeara a cada uno de los personajes. Al fondo dedicó demasiada pintura para el espacio vacío en la parte superior que ocupa casi dos tercios del lienzo. Los cuadros colgados en la penumbra son copias de temas mitológicos de Rubens hechas por Juan Bautista Martínez del Mazo.
El espacio arquitectónico tiene quizás demasiado protagonismo pero está tan hábilmente pintado y dividido por las pinturas de las paredes que ellas serán testigos de un todo y hasta el mismo aire pareciera que cobra vida en ese lugar al igual que la luz .
También sabemos que la escena se ubica dentro de una habitación del Real Alcázar de Madrid donde estaba el taller del maestro. Esta fortaleza convertida en palacio fue la residencia oficial de los Habsburgo y donde Velázquez tenía su lugar de trabajo, encargos, etc.
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