Fotografía de Daido Moriyama |
Daido Moriyama |
Daido Moriyama's best photograph: my girlfriend's legs in fishnets
Daido Moriyama |
Perro callejero
De la vasta producción de Moriyama, hay una fotografía en particular que, para sorpresa suya, se ha convertido en su obra más icónica y emblemática. Se trata del Perro Callejero que hizo en Misawa, pequeña ciudad ubicada en la región de Tōhoku en el este de Japón.
La anécdota es sencilla al grado de ser simplona: tras el año nuevo de 1971 al salir una mañana del hotel, el fotógrafo se encontró con un perro callejero. Daidō correspondió a la mirada del cánido con una fotografía.
En la imagen se aprecia un perro bronco, raído, con mueca de preparar el gruñido: Está alerta, listo para la provocación. No es una mascota, sino un animal curtido por la realidad: un auténtico sobreviviente. Y no ha logrado superar la existencia de la calle gracias por sus buenos modos.
Este perro de la calle es un reflejo del Moriyama merodeador, solitario, vigilante, siempre en movimiento “hurgando para ver qué encuentra, sopesando cuanto le rodea. Y para él, el mundo es fragmentado, semi-caótico, áspero, implacable y muy pero muy real.”
Los paralelismos entre el chucho y el fotógrafo callejero son múltiples. Moriyama decide a dónde ir por el olor de las cosas. Y al cansarse se detiene y se echa en la sombra. «Perro callejero, paria solitario para la fotografía ideológica de sus contemporáneos y el realismo social de sus predecesores, el trabajo de Moriyama es universal en su mirada de lo urbano y profundamente japonés en su personalidad.”
Daidō es un eco del tuso vagabundo cuando hace fotografías “poseído por un ansia que él considera «animal», propia de un «perro que se deja llevar por el olor de las ciudades. »”
Por su parte Jiae Kim ha encontrado en este Perro Callejero una correspondencia con la película del mismo nombre de Akira Kurosawa de 1949 donde el detective Murakami (interpretado por Toshirô Mifune) rastrea afanoso su pistola que fue robada. El investigador indaga el paradero de su propia arma con la diligencia de un samurái que ha perdido su katana.
La equiparación entre los distintos perros callejeros es obligada al analizar la obra de Moriyama. Pero cuando se trata de encontrar un significado a Perro Callejero su autor ríe diciendo: “Si existe algún significado eso depende del perro.”
Daidō se niega a esclarecer sus fotografías: “No puedo explicar todas las imágenes que he tomado. Si lo intentara sería una farsa aburrida, incluso una trivialidad. Esa no es mi intención. Cada fotografía se siente, pero no hay un motivo único para disparar; las razones son múltiples incluso en una sola imagen. El acto de fotografiar es una respuesta fisiológica y concreta, aunque definitivamente hay algo de conciencia presente. Cuando tomo fotos, siempre me dejo guiar por el sentimiento, por lo que incluso en ese momento cuando estoy tomando una fotografía es imposible explicar el motivo de por qué la hago.”
Y agrega: “Al hacer una exposición de motivos o significados se mata la fotografía.”
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