Tatiana Nevo |
Tatiana Nevo
LOS HOMBRES
Domingo 28 de agosto del 2022
Hoy realice un pequeño viaje al amazonas peruano. Un pequeño viaje para mí. Sin cámaras, sin libretas. Solo mi mochila tikuna y yo. Un pequeño viaje para caminar entre el barro con mugre, tomar chicha morada, despreciar a la distancia la technocumbia, ver a los niños jugar y apreciar el trabajo de aquellas mujeres en los campos de arroz a la orilla del delirante e inmenso del río Amazonas, y en ese momento de contemplación, en silencio me pregunte a mi misma desde toda esta situación que estoy viviendo con mi ex marido: ¿Hasta donde es capaz de llegar un hombre herido ante el rechazo? Y recordé cuando tenía 19 años que había terminado mi noviazgo con Fernando Díaz porque no me gustaba que fumara mariguana y no soportaba a sus amigos marihuanos inhalando cocaína con los que tenía que andar conmigo pa todo lado. También recordé que en esa tusa me hice amiga de un pelao como de mi edad y era medio raro: el Jhonny Leyton.
Apesar de que todo el mundo decía que el man era un estúpido, a mí me caía bien. Pensé que el pelao era mi amigo y nos hacíamos compañía hasta que me enteré que le dijo a sus amigos y a su familia ¡que yo era su novia! y era que yo no entendía porque sus amigos me reclamaban que yo le había hecho daño, de verdad que no entendía tanto show, hasta que uno de sus amigos me dijo que yo como lo había dejado por otro y le había hecho daño y yo aterrada, y pues pobre pelao, lo consedaraba solo amigo, pues porque no era mi tipo y si, medio apendejado.
Y era que en medio de su mentira yo me fui para Santa Marta con tremendo hembro -de esos que me gustan a mi- y se quedó el gordito este atolondrado aburrido en Bogotá con su mentira.
Un día me lo encontré en la calle al tal Johnny Leyton -que pecaito- y yo si le dije que lamentaba mucho que no supiera ser amigo y que me disculpara si por mi culpa se había confundido y se fue llorando hacia el andino como emputado y de seguro a su estudio de grabación a meter ácidos y mariguana.
Y es que, yo soy una mujer complicada porque aparte de que no salgo con borrachos, marihuanos o con hombre que consuman cualquier tipo de pendejada, me gustan guapos y machos, que me lleven hasta 20 años, de esos hombre que más que amar uno pueda admirar exhibir, y morbosear. Y entonces varios intentan, les he dado la oportunidad hasta que me piden prestado para el arriendo, para el bus y gastarles la entrada armando records (cuando eso) y hasta la puta cuenta en el bar, y ahí es que: lo lamento zoquete y, empieza el drama. Una vez soporte tanto que hasta gelatinas con leche condensada le hice al bajista de una banda muy famosa de Colombia para que vendiera en el trabajo porque yo ya no le podía seguir prestando pal trasmilenio.
Hace unos meses conocí a un tal Mateo Paez, me lo presentó una vieja de la farándula con problemas de alcohol y cocaína, una mujer que a pesar de sus problemas deje entrar a mi vida hasta que no me pude soportar sus shows con drogas -Porque sobria era súper chevere-.Y es que nadie nunca me advirtió nada sobre ese tal Mateo ( todo el mundo viene a abrir la boca ya hasta que lo ven a uno untado de mierda y con el agua lejos) pero el pelao súper pilo, con buena ideas y yo le vi un gran corazón, porque pues hasta chévere cuando la gente no se mete y deja que uno conozca porque no esta pre dispuesto, entonces, me caia bien el pelao hasta que borracho se me iba cagando en mi trabajo y es de esos pelaos que no son feos, era hasta guapo; alto, con tremendas pantorrillas, sonrisa bonita e inteligente: todo un príncipe encantador pero con esos problemitas que yo no me calo, así no fuera mi pareja, ni mi novio ni mi nada, pero era trabajo me tocó mandarlo pa su puta mierda y ahí, que drama, porque es que yo no soy la mamá de nadie pa' tener que aguantarme nada y menos alguien que no respete mi metro cuadrado.
Con el calvo fue diferente, la historia con el calvo es como la historia de "la bella y la bestia" o de Shrek y Fiona". La verdad, al principio habían momentos en que no lo soportaba, demasiado ego y vanidad -pobre calvo- primero, llevaba 7 años sin conocer a otro hombre de otra manera que no fuera de amistad o laboral, entonces, empecé a escucharlo y me pareció brillante su discurso social y artístico, suprainteligente, con un gusto musical intachable, nada mal, luego, la amistad dió varios pasos y nos dejamos entrar el uno al otro muy en lo personal y aquella imagen de bestia egocéntrica se desvaneció pues, resultó ser un hombre altamente noble, extra sensible y maravilloso pero showsudo - cosa que me encataba- pues jamás había conocido a alguien sin tan un mínimo de filtros - no los indígenas del Amazonas se han atrevido tanto-, entonces, me la pasaba cagada de la risa a dónde quiera que fuera con el o cada que me llamaba. Todo era un espectáculo hasta que con los meses descubrí que me había enamorado de aquel energúmeno pero me asusté y apareció la maldita confianza y empezamos a comportarnos cómo niños, el se burlaba de mi, yo de el, hasta que, realmente herí sus sentimientos de ogro, y por eso, lloro todos los días, de seguro, lo extrañaré el resto de mis días.
Pero volvamos a mi ex marido: cero alcohólico, cero drogadicto pero misógino. Un ex mercenario de la inteligencia israelí que me atrapó por su belleza física y nada más. Un hombre que con el tiempo deje de amar, abandoné cuando nació mi bebito y que a pesar de los años que llevo huyendo de el me acosa y me persigue con una sola misión; destruirme como lo ha intentado todo macho herido ante mi rechazo.
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