La actriz Sean Young, sobre su relación con Kevin Costner en 1987: "Había momentos en los que teníamos que parar y mirarnos a los ojos"
La icónica actriz habló de la gran complicidad existente entre ella y su compañero de reparto en la cinta dirigida por Roger Donaldson.
Antes de convertirse en una de las actrices más enigmáticas del Hollywood de los 80, Sean Young comenzó su carrera como bailarina y modelo en Nueva York. Su salto al cine llegó a finales de los setenta, pero fue en los primeros años de la década siguiente cuando despegó definitivamente gracias a títulos como 'El pelotón chiflado' (1981) y, sobre todo, 'Blade Runner' (1982), donde interpretó a la inolvidable Rachel junto a Harrison Ford. Ese papel la consolidó como un icono del cine de ciencia ficción y le abrió las puertas a una serie de proyectos que la convirtieron en una presencia magnética de la gran pantalla. Su belleza clásica, su carisma y ese toque de misterio la llevaron a trabajar en producciones como 'No hay salida', 'Wall Street' o 'Ace Ventura', convirtiéndose en una figura imprescindible del cine ochentero.
Precisamente, 'No hay salida' (1987) fue la película que la unió a Kevin Costner, entonces un actor emergente que venía de hacerse notar en producciones como 'Silverado' (1985) y 'Los intocables' (1987). Dirigida por Roger Donaldson, la cinta combinaba el suspense político con una intensa historia de pasión y traición. La química entre Costner y Young se convirtió en uno de los principales atractivos de la película, especialmente en la célebre escena de la limusina, que marcó a toda una generación de espectadores. Su combinación de intriga, erotismo y elegancia la consolidó como una de las películas más recordadas de la historia. El magnetismo entre sus protagonistas era tan palpable que muchos críticos destacaron que su relación en pantalla parecía traspasar los límites de la ficción.
En una entrevista con John C. Tibbetts en 1987, los actores recordaron el rodaje con sinceridad y complicidad. El entrevistador le preguntó a Costner si el coche realmente estaba en movimiento o si se trataba de una proyección, a lo que él respondió: "Estábamos en movimiento. Después de un rato, ya no te importaba si el coche se movía o no, lo que importaba era lo que estaba ocurriendo dentro". Por su parte, Sean Young habló sobre la intensidad del momento: "Rodamos eso en un solo día y creo que si hubiera durado más, no sé si habríamos podido seguir". De esta manera, explicó: "Había momentos en los que teníamos que parar y mirarnos a los ojos".
El entrevistador también bromeó con Costner diciéndole que, según los rumores, él había sido más reticente a rodar esa escena que su compañera. El actor respondió con humor y admiración: "Ella es muy valiente, una mujer bellísima. Así que la besé una vez por mí y otra por ustedes". Young, por su parte, añadió: "Yo me encontraba en una situación en la que Kevin estaba muy nervioso, más que yo, porque también había que manejar al equipo técnico. Así que, para poder lograr lo que necesitaba en esa circunstancia, tuve que calmar a todos los demás, y eso fue otra complicación. Fue un día duro en todos los sentidos". Finalmente, Costner reconoció lo difícil que había sido conseguir la naturalidad que se percibe en pantalla: "Ojalá triunfe, porque estábamos muy nerviosos por ver si esa escena funcionaba. Había que grabar diferentes planos: las manos, los cuerpos, la forma en la que la desnudaba...".
Hoy sigue siendo un 'thriller' elegante y sensual que se sostiene en la intensidad de su historia y en la química innegable entre sus protagonistas. En una década que nos dejó títulos tan emblemáticos como 'Atracción fatal', 'Así nos va' o 'Excalibur', la película de Costner y Young destaca por su mezcla de emoción, erotismo y misterio. Más de tres décadas después, las palabras de Sean Young siguen recordándonos por qué el cine de los 80 tenía una forma única de capturar la tensión entre el deseo y el peligro.





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