sábado, 8 de noviembre de 2025

Geisha en deshabillé

 


GEISHA ENDESABILLÉ

En 1910, el fotógrafo británico Herbert Ponting capturó un raro e íntimo momento de la cultura japonesa con su fotografía titulada *En Deshabillé*. La imagen muestra a una geisha justo después de lavar su cabello, antes de que fuese peinado en los elaborados recogidos que definían su apariencia. Este estado sincero revela un lado más tranquilo y humano de una figura a menudo envuelta en simbolismo y ritual.

Las geishas, cuyo nombre se traduce como “persona de las artes”, han sido figuras centrales en la vida cultural japonesa desde el siglo XVIII. Su camino comienza con años de riguroso entrenamiento como maiko, durante el cual aprenden música clásica, danzas estacionales, modales refinados y las complejidades de recibir invitados. Cada gesto, desde cómo sirven el té hasta la cadencia de su conversación, refleja disciplina y dedicación. A diferencia de las cortesanas, su papel no es uno de romance, sino de interpretación, compañía y la preservación de la tradición japonesa en su forma más elegante.

La fotografía de Ponting despoja las capas de maquillaje y adornos usualmente asociadas a las geishas, ofreciendo un vistazo a su preparación privada. La imagen captura un momento de intimidad y estética tradicional japonesa a principios del siglo XX. Fue incluida en el libro de Ponting, *In Lotus-Land Japan*, que exhibe sus tres años de viaje por Japón e incluye 107 fotografías de diversos aspectos de la vida japonesa. El libro proporciona un recorrido visual por el país, destacando sus paisajes, arquitectura y costumbres.

Hoy en día, aunque el número de geishas ha disminuido, las casas y distritos de geishas, particularmente en el Gion de Kioto, permanecen como museos vivos del patrimonio, donde la música, el movimiento y el espíritu de las geishas continúan resonando más de un siglo después.

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