Hebe Uhart
LA VETA
Eso es lo más difícil. Habiendo tantos centros de interés, saber qué le interesa a uno. Por dónde ir. Es importante saberlo porque así vas a entender cuáles son tus personajes, por ejemplo. No todos los personajes son para uno. Uno tiene determinadas personas que le son afines, que puede tratar. Ahora, ¿cómo reconocer lo que es para uno? Reconociéndose uno, primero. Sabiendo lo que soy, lo que me gusta, conociendo mis limitaciones. Yo sé que sobre muchos personajes no puedo escribir, por ejemplo. Me mareo. Tengo que manejar poquitos. Esa es una de mis limitaciones. Uno no puede saber ni escribir de todo. Hay que recortar los intereses y buscar los más profundos. En vez de responder a miles de estímulos, elegir los que me son útiles. Por ejemplo, dentro de unos días tengo que hacer la crónica de Bogotá Contada, después de esta visita. ¿En qué me voy a centrar? En el habla de ustedes. En los nombres de las calles de La Candelaria. En cosas que vi en el hotel. En lo que me atrae. Hay que entrenar el ojo en ese sentido.
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