Nélida Piñón |
Nélida Piñón
SOBRE EL PRESTIGIO DE LA AMBICIÓN
La ambición desmedida tiene mucho más prestigio. La bondad no es un momento histórico, está asociado a la ignorancia, a la ingenuidad. Tiene un propósito sin propósito. Porque no tiene ambición por sí misma, no tiene dinero, no tiene oro. No tiene la enfermedad de la ambición. Eso es algo que me encantaría. Si me preguntas si quiero ser inteligente, puedes preguntármelo. Sí, quiero. Pero quiero una inteligencia que me abrace, que me bendiga, para no hacer tonterías. Una inteligencia que me enseñe el camino para ser generosa, que me enseñe el bien, y que me ayude a escribir lo que quiero. Y no sé lo que quiero.
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