Rubén Amón
EL CASO WOODY ALLEN
Se dilata, se extiende, el proceso público de evisceración al que está siendo expuesto Woody Allen, convirtiendo incluso en cómplices de sus "delitos y faltas" a quienes profesamos devoción al cineasta neoyorquino. Devoción a su cine y a su filosofía, pues se intrincan la una y la otra en una visión del mundo que oscila del nihilismo al erotismo como si fueran poderes antagonistas. A Woody Allen se le condena a la muerte civil por de un delito sexual que ni siquiera fue elevado a los tribunales, y se le somete a un proceso de expiación de su obra. Una enmienda total. Se reniega del hombre y se termina prendiendo fuego a sus películas en una suerte de aquelarre oscurantista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario