Philip Roth |
Philip Roth
LA VEJEZ
Hacerse viejo es un cambio bastante duro en la vida, no hay nada comparable. Ni te lo imaginas. Ni a los treinta, ni a los cuarenta, ni a los cincuenta. ¿Y qué es lo que no se te puede pasar por la cabeza? Que el tiempo se acaba, que ya no sabes cuántos años te quedan, si cinco, si seis. Sabes que ya no van a ser más de 20. Has llegado al fondo. Y luego están las pérdidas. Un amigo mío murió ayer. Primero has perdido a tus abuelos; después, a tus padres. Ahora pierdes a los amigos. Es duro, es fuerte. Aparte de todo eso, cuando el tiempo se acaba, vas perdiendo las facultades. La memoria, me aterra perder la memoria.
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