Leopoldo María Panero
VIRGO
El electricista de la cárcel estaba enamorado de mí. Pero con quien me desvirgué fue con El Lejía, un tipo muy duro de allí adentro. Entré por tráfico de drogas; no tenía mucho más de veinte años. Fue en la cárcel cuando asumí mi homosexualidad. El Lejía me pilló en las duchas, sin testigos. Solamente me sujetó y me dijo:
-¡Date la vuelta!
No me negué. No tuve más remedio que obedecerle. Esa fue mi primera vez.
-¡Date la vuelta!
No me negué. No tuve más remedio que obedecerle. Esa fue mi primera vez.
David Barba
100 españoles y el sexo
Random House Mondadori, Barcelona, 2009, p. 233
FICCIONES
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Casa de citas / Lepoldo María Panero / Poeta
Casa de citas / Lepoldo María Panero / La familia
Casa de citas / Lepoldo María Panero / Virgo
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