miércoles, 24 de diciembre de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Un amigo de la adolescencia



Triunfo Arciniegas
UN AMIGO DE LA ADOLESCENCIA
22 de diciembre de 2025

Hoy me enteré de la muerte que alguien que fue amigo mío en mi adolescencia. Era un lector muy dedicado (caminaba con un libro abierto desde el trabajo hasta su casa, un trayecto de dos o tres kilómetros) y quería ser escritor. Tuvo una columna en un periódico de provincia y trabajó en una biblioteca. Nunca lo leí. 

Nunca fuimos amigos de verdad.

Se fue a vivir a otra ciudad y fue un alivio.

Me escribió algunas veces y nunca le respondí.

Me molestaba su sentido del humor. Se reía de sus propios chistes malos. En realidad, no me interesaba nada suyo. Poco supe de su vida. Ahora leo que tuvo esposa y dejó dos hijos. Lo imaginaba más solo. Era una persona ridícula.

Murió hace más de un año y hasta ahora me entero. Un periódico de provincia habla de su muerte y menciona algunos libros suyos. Nada importante.

Me llevaba tres o cuatro años. Me pregunto si sabía que no logró sus sueños o si se conformaba con la radio local y el periódico. Supongo que todos nos preguntamos lo mismo. Todos o la mayoría, a cierta edad. Con pocas excepciones, somos inferiores a nuestros propios sueños.

Una noche escribí con pintura en una pared del barrio Viva Renata Morantes, festejando uno de mis personajes, la misma que muchos años después sería la protagonista de Dulce animal de compañía. “Yo la conozco”, dijo el amigo de la adolescencia mirando el letrero. No señalé ni comenté su mentira.

De los abuelos no hay ni rastro. Los padres, casi todos, murieron. Y ahora empezamos a morir nosotros. En la pandemia perdí tres conocidos. Tres tipos que no apreciaba. Luego murió un aprendiz de poeta que fue mi profesor. Nadie importante, aunque tuvo mucha suerte con las mujeres y un hogar feliz. Mal poeta, pero hombre afortunado. No se puede tenerlo todo. Nunca lo vi desesperado.





No hay comentarios: