Triunfo Arciniegas
Biografía
LOS CINCUENTA MEJORES LIBROS DE 2019
21 de diciembre de 2019
Babelia acaba de dar a conocer la lista de los 50 mejores libros de 2019. Libros publicados en España y por grandes editoriales casi en su totalidad, por supuesto. (Dos datos importantes.) No creo que en este momento haya una sola persona en el mundo que los haya leído todos. Y esa única persona, si se diera el dichoso milagro, debería vivir en España o contar con la posibilidad de viajar allí cada vez que le diera la gana, porque se trata de ediciones españolas, tener el dinero requerido (unos tres millones de pesos colombianos) y sobre todo el tiempo para saborearlos. ¿Cuántos meses se necesitan para devorar cincuenta libros? Unos ya llegaron a Latinoamérica y los otros vienen en camino. En Colombia la Filbo, a finales de abril, será la gran oportunidad del festín, si tiene el dinero suficiente, desde luego.
En la lista figuran tres premios Nobel: Olga Tokarczuk (Los errantes), Vargas Llosa (Tiempos recios), Peter Handke (La ladrona de fruta). Dos británicos que me interesan: Julian Barnes (La única historia) y Ian McEwan (Máquinas como yo). Una canadiense, Margaret Atwood, con Los testamentos, y una norteamericana, Siri Hustvedt, con Recuerdos del futuro. Karl Ove Knausgård cierra su colosal obra, Mi lucha, con el sexto volumen. Hay dos libros de esta lista que despiertan mi curiosidad y, como se sabe, la curiosidad mató al gato: Nuestra parte de noche, de la argentina Mariana Enríquez, y los cuentos completos del uruguayo Mario Levrero. No he leído absolutamente nada de estos dos escritores. Tampoco he leído nada de Hebe Uhart, y en la lista aparecen sus cuentos completos. Supongo que empezaré con estas tres curiosidades. Un libro de Adam Zagajeweski que figura al final de la lista, Una leve exageración, sería mi cuarta curiosidad.
Los otros tres libros no se quedan atrás. Camila Sosa Villada narra en su primera novela, Las malas, la infancia y la juventud de una mujer travesti que reparte sus días y sus noches entre la universidad y la prostitución. No se diga más. La recomendación es de Mariana Enríquez, último premio Anagrama, una escritora argentina que sube como un cohete y se acomoda entre los grandes. Liliana Colanzi, en Las homicidas no nos habla de 38 prófugas sino de cuatro mujeres asesinas que escandalizaron la sociedad chilena del siglo XX. Por último, en La tropa, Daniela Rea y Pablo Ferri analizan el poder del ejército como aparato represor. El subtítulo lo dice todo: "Por qué mata un soldado".
En la cuarta y última parte de LOS 50 MEJORES LIBROS DEL 2019, seis escritores latinoamericanos recomiendan seis maravillosos títulos. Imagino que los países latinoamericanos tendrán la suya, menos contundente y menos divulgada, por supuesto. ¿O se imaginan la lista de los 50 mejores libros publicados en Venezuela por el Socialismo del Siglo XXI? O en Cuba, donde las librerías dan ganas de llorar. ¿O en Haití?
Este agregado, esta cuarta parte, parece una manera de aliviar la conciencia. Los seis libros están de lujo. De los autores incluidos, hay uno que ha despegado definitivamente: la mexicana Valeria Luiselli. Desierto sonoro está en boca de todos y será una de mis próximas lecturas. Figura, además, en el tercer puesto de la lista. Y Lost Children Archive, por otra parte, se menciona en casi todas las listas de los mejores libros publicados en inglés en 2019. Con 38 estrellas, de Josefina Licitra y recomendado por Frank Báez, se me hace agua la boca. Cuenta la fuga de 38 mujeres de un penal de Montevideo. El otro libro que despierta mi curiosidad es Rasgos comunes, una antología de la poesía venezolana del siglo XX, publicado en España, valga la aclaración. Me quito el sombrero. Ya sabemos de los grandes poetas de la hermana república.
Habrá que leerlos, poco a poco, para saber qué tan acertada o fallida es la lista. Además, el tiempo termina acomodando las cosas. Hay libros inflados o libros que deslumbran en su momento y luego caen en el olvido. O lo contrario: libros que pasan desapercibidos en su momento y luego se consolidan.
Pero, en todo caso, hay que leer para opinar con conocimiento de causa. Me fastidian esas personas que opinan de libros que nunca han leído, que repiten un comentario de salón o cosas así. Si quieren denigrar de un libro, al menos, primero deben tomarse el trabajo de leerlo.
Bueno o malo, un libro es fruto de la iluminación, del espíritu, de la inteligencia, de la perseverancia. O, al menos, del esfuerzo. Hay que reconocer el trabajo ajeno y hablar con justicia y equilibrio. A veces uno se equivoca como crítico pero que, por favor, no sea con mala leche o mala intención.
He dicho.
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