DIECISÉIS AÑOS
20 de mayo de 2016
Ayer se cumplieron 16 años de una de las experiencias más horribles que he vivido: el secuestro exprés del que fui víctima. Está narrado en mi crónica "La víctima del paseo", que escribí frenéticamente, de un solo tirón, dos días después del episodio. Entonces mi madre estaba hospitalizada y yo ignoraba que de ese hospital saldría muerta.
La noche de mi incidente quedé en un shock profundo. Recuerdo que al día siguiente, cuando fui al hospital a visitar a mi madre, hice esfuerzos muy grandes para fingir tranquilidad, pero ella supo de inmediato que algo malo pasaba.
-¿Cierto que estás triste porque lo que tengo es cáncer, mijo?
Entonces ella aún desconocía su diagnóstico. Me sentí mal por no haberme mostrado lo suficientemente tranquilo para evitarle esa pena, y maldije a mis asaltantes.
Pero ya los he perdonado.
Cuando hice aquella crónica - que por nada del mundo releo - pensé que el mal sabor quedaría en el texto y que luego yo podría olvidarlo sin problemas. Pero ahora pienso que ese es un lujo exótico que no se nos permite a quienes tenemos buena memoria.
Me seco las lágrimas y le mando un beso nostálgico a mi madre.
Alberto Salcedo Ramos en Casa de citas
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