Melba Escobar
CAROLINA SANÍN II
Y yo prefiero hablar aquí precisamente porque la respeto y la he admirado. Porque doy fe de primera mano de su humor, su lucidez, su inteligencia y su gracia natural. Porque me niego a creer que es tonta, malcriada, chillona, amargada, como he leído y escuchado. Porque aunque me asustan sus verdades irrefutables, me parece una voz necesaria. Por eso pregunto: ¿Por qué no se puede discutir? ¿Por qué alguien recibe, por ejemplo, el apelativo de “pedazo de tocino”, cuando ella considera que no le está dando el trato que se merece? ¿No es eso matoneo? ¿No es eso amedrentar, silenciar? ¿No es ella acaso la misma persona que ha criticado a Daniel Samper Ospina por burlarse de las personas basándose en sus características físicas?
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