Miguel Delibes |
Miguel Delibes
LOS PREMIOS AMAÑADOS
Los premios literarios nacieron para crear lectores pero también para descubrir autores. Con el tiempo se han ido convirtiendo en operaciones publicitarias disfrazadas de fiesta literaria. Novelistas consagrados, rostros populares, autores que ya publican en la editorial convocante o superventas de la competencia suelen engrosar ahora la nómina de ganadores. Destino lanzó el premio Nadal en 1944 y en la primera edición recayó en una veinteañera desconocida llamada Carmen Laforet. Tres años más tarde lo ganó otro debutante, Miguel Delibes, que en 1979 desveló la particular oferta que había recibido de parte de Lara Hernández: ganar el Planeta. “Me ofrecían los ocho millones del Planeta, cuatro ahora y cuatro dentro de un tiempo. Yo tuve que negarme”.
Los premios literarios sujetan el mercado
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