Triunfo Arciniegas
LOS PEQUEÑOS FESTEJOS
Cuatrovientos, 1 de enero de 2019
He vuelto a cocinar. Pasta, la más elemental, con tomate, ajo y cebolla, con leche y otras cositas, y el jugo de las naranjas compradas a la orilla de la carretera. La vida se abre paso. Me acompañan la divina luz del mediodía y el viento alborotado. Parece que la dicha jugueteara entre los árboles, tan cerca del gato perezoso en el tejado y el humo de un solar vecino. Qué cosa tan bella. En tres o cuatro horas las guacamayas darán comienzo a su habitual concierto de comadres. Con el estruendo de la música de los vecinos, nada se supo de los gallos esta primera madrugada. Mañana, desde las tres, arrastrarán con su canto el hilo de otro día. La vida es lo que era. Lo que será, sagrada e invencible.
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