Autorretrato, 1994 |
Triunfo Arciniegas
PENA
21 de febrero de 2018
Anoché soñé que le contaba con lágrimas a mi madre que tenía una pena de amor. "Me duele mucho", le decía, y ella me miraba impotente. "Ay, hijo", repetía.
En algún momento, la mujer en cuestión, la mujer de mi vida, estuvo en casa, anunciando a todos que viajaba a Medellín. Era obvio que había otro hombre.
Le pedí a mamá que cuidara mis cosas y salí a la calle. Desperté y la pena seguía ahí, como animal hambriento, carcomiéndome.
Mi madre murió hace dieciocho años. Me gustaba visitarla. Discutiamos a menudo y los hechos terminaban dándole la razón. Nunca dejé de visitarla. Daba luz a mi vida. Sin ella, me he quedado como extraviado.
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