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| La cola del monstruo Bogotà, 2018 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
Triunfo Arciniegas
Cacería
Bogotá, 31 de enero de 2018
Salí de cacería por el centro. Sigo desaforado: volví con treinta libros. Los libros son la pasión de mi vida, una pasión que no me falla, que no depende de otra persona, que me durará hasta que muera. Entre los tesoros que vale la pena nombrar, conseguí una edición de las fábulas de Samaniego de 1933 y los cuentos de Margaret Drabble publicados el año pasado por Impedimenta, otra edición de Hamlet (seguro que en casa tengo más de diez) y otra edición de Don Quijote (tal vez tengo una docena), Ham on Rye de Bukowski, Dialéctica de la locura de Aaron Esterson, Charlotte`s Web de E.B. White, un regalo para Verònica, Tender is the Night de Scott Fitzgerald, Gomorra de Roberto Saviano, Veladuras de María Teresa Andruetto, Tiburón de Péter Benchley en inglés y español y La maravillosa vida breve de Óscar Wao de Junot Díaz, otro posible regalo porque ya tengo un ejemplar en casa. Qué maravilla, y ni siquiera he mencionado la mitad.
Desde hoy tengo lentes nuevos. La cacería tal vez sea una manera de festejar la adquisición. Lo curioso es que compré todos estos libros antes de me entregaran los lentes. ¿Una cita a ciegas? Una feliz ciega a ciegas.
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