sábado, 7 de octubre de 2017

Triunfo Arciniegas / Diario / Kazuo Ishiguro

Kazuo Ishiguro
Poster de T.A.

Triunfo Arciniegas
KAZUO ISHIGURO
6 de octubre de 2017

Me regocija sobre manera la noticia. Kazuo Ishiguro, sin los escándalos de Martin Amis ni el manejo mediático de Salman Rushie, superfavoritos de las casas de apuestas, ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2017.


Ishiguro pertenece a una generación de poderosos narradores. Cualquiera de ellos pudo ser el elegido. Estos son sus nombres: Julian Barnes (1946), Salman Rushdie (1947), Ian McEwan (1948), Martin Amis (1949), Graham Swift (1949) William Boyd (1952) y, por supuesto, Kazuo Ishiguro (1954).

En realidad, son nueve si contamos los dos que luego se sumaron a la lista: Hanif Kureishi (1954) y Tibor Fisher (1959). Once, con otros dos que navegan en las mismas aguas: Ian Baks (1954) y Jeanette Winterson (1959). 

Este manjar de dioses se encuentra en Anagrama. Me quito el sombrero ante la visión de su dueño y editor, Jorge Herralde. El mismo ojo clínico de Bill Buford, quien los reunió en las proféticas páginas de la revista Granta en 1983 (los siete primeros) y 1993 (con Hanif Kureishi y Tibor Fisher, además) bajo el nombre de Best of Young British Novelists.

Según la perversa rotación de la Academia, Ishiguro deja prácticamente sin posibilidades a los otros. Pasarán años para que la suerte vuelva a este feliz territorio de narradores si es que alguna vez lo hace. Tal vez corone de gloria la vejez de alguno de los diez mencionados. O del vecino irlandés, John Banville. En el fondo, de carambola, la Academia premia toda una esplendorosa generación de narradores.

Haruki Murakami sigue en la contienda y le queda tiempo. Además, Ishiguro no es japonés, es londinense, como él mismo insiste. Pero el más grande de todos, el norteamericano Philip Roth, a estas alturas, ya es otro de los graves olvidos de la Academia.

De la lista de los nueve superpoderosos quien más sonaba para el Nobel era Salman Rushdie, por supuesto, aunque Martin Amis lo superaba en el arte del escándalo. Ian McEwan, el más perverso, es uno de los grandes, sin duda, y William Boyd el más divertido de todos. Julian Barnes, con El loro de Flaubert, imprescindible. Pero fue Kazuo Ishiguro el elegido. Su maravillosa novela, Lo que queda del día (o Los restos del día) fue llevada al cine, dirigida por James Ivory en 1993 y protagonizada sabiamente por Anthony Hopkins y Emma Thompson.

El último Premio Nobel indiscutible fue Alice Munro en 2013. Bob Dylan, enorme músico y compositor prodigioso, fue una polvareda, y Svetlana Alexievich, sea lo que sea, una periodista. Es decir, después de dos años polémicos y el descalabro francés de Patrick Modiano en 2014, definitivamente, esta vez la Academia no se ha equivocado.

No más hoy he subido veintidós entradas sobre Kazuo Ishiguro: diecisiete en De otros mundos, tres en Ficciones y dos en Dragon. En estos días se multiplicarán. Ya estoy trabajando en Photoshop sus fotos para subirlas a "Retratos ajenos" e ilustrar algunas entradas.




Esta es la lista completa de las novelas de Ishiguro: Pálida luz en las colinas (1982), Un artista del mundo flotante (1986), Lo que queda del día (1989), Los inconsolables (1995), Cuando fuimos huérfanos (2000), Nunca me abandones (2005) y El gigante enterrado (2015).

Debe agregarse a la lista el libro de relatos, Nocturnos, el favorito de Ishiguro.

Leí hace años, con regocijo, sus tres primeras novelas y tengo en turno las cuatro restantes. Si no del todo felices, días intensos se avecinan.




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