Juan Manuel Roca
LOS OFICIOS DEL VERBO
Los equilibristas no pueden
tensar la palabra cuerda,
atarla a las letras del aire
y atravesar la palabra peligro
para respirar a sus anchas.
Los carniceros no pueden
filetear su palabra,
limpiarle sus vísceras
y pesarla en la balanza
como una lengua muerta.
Los fontaneros ven brotar
la flor de los hidrantes
y pretenden, en vano,
cerrar con llave inglesa
la palabra humedad.
Por más que lo intente,
el sacerdote no puede levitar
sobre los feligreses
cuando dice la palabra hostia
y flota una levedad de balso.
El poeta quisiera
ensillar la palabra caballo
y entrar despojado
de palabras y ecos
en los valles del silencio.
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