Conversando con Carlos Drummond de Andrade Copacabana, Rio de Janeiro, 2011 |
Esteban Dublín
Breve entrevista a Triunfo Arciniegas
Internacional Microcuentística
Revista de Microrrelatos y otras brevedades
15 de diciembre de 2011
Triunfo Arciniegas es un escritor colombiano, nacido en Málaga. Magíster en Literatura (Pontificia Universidad Javeriana) y Especialista en Traducción (Universidad de Pamplona). Ha publicado El jardín del unicornio y otros lugares para hombres solos (2002), Noticias de la niebla (2003), Mujeres muertas de amor (2008), Cuerpo de amor herido (2010) y Mujeres (2011). Su obra para niños sobrepasa los cuarenta títulos.
Obtuvo el VII Premio Enka de Literatura Infantil en 1989, el Premio Comfamiliar del Atlántico en 1991, el Premio Nacional de Literatura de Colcultura en 1993, el Premio Nacional de Dramaturgia para la Niñez en 1998, el Premio de Literatura Infantil Parker en 2003 y el Premio Nacional de Cuento Jorge Gaitán Durán 2007.
IM: Escribes cuentos y microrrelatos con periodicidad y disciplina. ¿Cuáles crees que sean las diferencias esenciales entre ambos géneros más allá de la extensión?
TA: Quisiera escribir microrrelatos con periocidad y disciplina pero no siempre ocurren. Estoy atento. Atrapo la imagen por las orejas y trato de hacer funcionar la magia. Los microrrelatos se parecen a los poemas, tanto por su sólida estructura como por su naturaleza de relámpago. Un microrrelato es una iluminación. En cambio, el cuento es el desarrollo de una anécdota.
IM: En tu blog, Mester de brevería, publicas microrrelatos de diversos autores del mundo. ¿Cuáles son tus parámetros para elegirlos?
TA: En primer lugar, en Mester de brevería publico textos que me gustan. Que estén bien escritos. Que valgan la pena. Que me sorprendan. También depende del azar.
IM: Tienes diferentes blogs donde abordas la literatura desde diferentes ángulos. ¿Cómo crees que contribuyen las herramientas digitales a la literatura de hoy?
TA: Los tiempos cambian. Vengo de las cartas y los telegramas y ahora estoy con el correo electrónico y Facebook. Los tiempos cambian a una velocidad vertiginosa. El vicio de leer es el mismo pero otros son los soportes, y otras las maneras de llegar al lector. Estoy en perpetua cacería del lector.
Los blogs me divierten, me integran al mundo. Estoy montando una biblioteca personal de uso colectivo. Quiero tenerla a la mano donde vaya, ya que los libros pesan tanto. Los libros se quedan en casa pero los blogs viajan conmigo.
IM: ¿Cuáles son los autores infaltables en la biblioteca de un escritor que quiera dedicarse al microrrelato?
TA: Monterroso, Arreola, Ana María Shua, Kafka, Cortázar, Borges.
IM: ¿Hacia dónde va el microrrelato en Colombia? ¿Crees que haya un futuro editorial?
TA: No sé hacia dónde va el microrrelato y su futuro editorial es muy incierto. No veo a las editoriales muy interesadas en este tipo de literatura. La novela ocupa el lugar de privilegio.
Un libro: Madame Bovary.
Una película: Pulp Fiction.
Un autor: Raymond Carver
Una comida: Camarones al ajillo.
Un aroma: la mujer amada.
Un deseo: París.
Un amor platónico: Claudia.
Un odio: Los políticos.
Un equipo de fútbol: Ninguno. No me apasiona el fútbol.
Una frivolidad: las revistas de vanidades.
***
Aguas profundas, Triunfo Arciniegas
Dicen cosas siniestras del hombre que lee en la mesa del fondo mientras se enfría el café. Dicen que vive en aguas profundas. Que las mujeres desaparecen en sus entrañas. Me pregunto cómo lo saben si el hombre no determina a nadie. Fuma con la brasa dentro de la boca y se rasca sin pudor donde sea, viene y se va sin avisar, cuando le da la gana, como si el resto del mundo no existiera. Huele a eucalipto. Apenas percibo el olor, uno o dos minutos antes de su entrada, preparo el café tal como le gusta, cargado y sin azúcar, aunque apenas lo prueba. Nunca agradece el servicio. No me importan sus modales ni su biografía porque deja generosas propinas. En realidad, no hay altanería en sus gestos, como podría pensarse. Sus suaves ademanes pretenden el olvido. El olor se desvanece en dos o tres horas. Arrojo el café al lavaplatos, cuelgo aparte el pocillo y luego barro las escamas alrededor de la silla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario