Bob Dylan Foto de Ken Regan Poster de T.A. |
Joaquín Sabina
SOBRA DECIR QUE DYLAN
La primera vez que escuché a Dylan fue a los 18 años, cuando una novia inglesa me lo puso en mi casa de Granada. No entendí una palabra de lo que decía, pero tuve claro que me estaba hablando a mí. Su manera personal de jugar con la fonética, de escupir las palabras, de frasearlas, consiguió que aquel poeta que yo entonces quería ser decidiese convertirse en músico. Sobra decir que Dylan me cambió la vida.
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