No tener lista una agenda para cada autor invitado ni al recibirlo (como es lo debido) ni mientras se encuentra aquí. Los pobres no entienden bien qué nomás van a hacer, adónde van después del evento, qué otras actividades tienen, etc.
¡No hay sus libros!, pero no importa, porque aquí están los autores, pues, qué más se puede pedir.
Difundir folletos con agendas de actividades equivocadas el primer día de feria.
Difundir folletos con agendas medio corregidas los siguientes días de feria.
Cancelar eventos a ultimísima hora, con inocentes lectores o interesados que ya se lanzaron el viaje y no volverán.
No comunicar e invitar directamente a quienes más podrían beneficiarse de varias charlas o conferencias especializadas (maestros, estudiantes de colegio o universitarios, gestores culturales, mediadores de lectura, bibliotecarios) = autores invitados desperdiciados al máximo = desperdicio de recursos.
No importa permitir a los autores difundir su obra, qué pereza comunicarse con los medios de comunicación para elaborar una agenda mínima de medios con cada uno. Improvisar con los medios: los que estén ese rato, que les entrevisten, si quieren, si el autor quiere, es lo de menos.
Leit motif de las personas de Comunicación de la feria días (no semanas ni meses) antes de a feria y ya iniciada la misma: "no sé, no sé, no sé, no sé, no sé, no te puedo decir".
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