lunes, 29 de enero de 2018

Casa de citas / García Márquez / Bogotá

Centro de Bogotá


Gabriel García Márquez
BOGOTÁ

Lo primero que me llamó la atención de esa capital sombra fue que había demasiados hombres de prisa en la calle, que todos estaban vestidos como yo, con trajes negros y sombreros, y que, en cambio, no se veía ninguna mujer. Me llamaron la atención los enormes percherones que tiraban de los carros de cerveza bajo la lluvia, las chispas de pirotecnia de los tranvías al doblar las esquinas bajo la lluvia, y los estorbos del tránsito para dar paso a los entierros interminables bajo la lluvia. Eran los entierros más lúgubres del mundo, con carrozas de altar mayor y caballos engringolados de terciopelo y morriones de plumones negros, y cadáveres de buenas familias que se sentían los inventores de la muerte. Bajo la llovizna tenue de la plaza de las Nieves, a la salida de un funeral, vi por primera vez una mujer en las calles de Bogotá, y era esbelta y sigilosa, y con tanta prestancia como una reina de luto, pero que quedé para siempre con la mitad de la ilusión, porque llevaba la cara cubierta con un velo infranqueable.

García Márquez / Bogotá, 1947






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