sábado, 25 de marzo de 2017

Triunfo Arciniegas / Diario / Louvre


Vermeer
Louvre, Paris, 2017



Triunfo Arciniegas
Louvre
París, 25 de marzo de 2017

Paris es un trote. Ya me habían dicho que acá las distancias son largas. Por una parte, como novato, uno desconoce las estaciones del metro y las rutas de los autobuses. Y por otra parte, la mejor manera de conocer una ciudad es a pie.

Hoy fui al Louvre, apenas vi un ala y quedé torcido. Pero qué regocijo, qué banquete, qué esplendor. Al fin veo las pinturas cuyas reproducciones contemplé toda la vida en los libros. Al fin vi un Da Vinci. Al fin vi la Gioconda. Pintura francesa e italiana. El tiempo no dio para más, las energías no dieron para más. De remate, una exposición de Vermeer. Pero el maestro era uno más de los pintores. El título es un gancho. Hasta en el Louvre hacen trampa.

Queda uno con ganas. Queda uno iniciado. Imagino este viaje como un borrador, como un tanteo, como una exploración. El próximo será el verdadero.







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