Lady Macbeth Ilustración de Ferenc Pintér |
William Shakespeare
LA NOCHE ESPESA DE LADY MACBETH
Traducción de Ángel-Luis Pujante
Hasta el cuervo está ronco de graznar
la fatídica entrada de Duncan
bajo mis almenas. Venid a mí, espíritus
que servís a propósitos de muerte, quitadme
la ternura y llenadme de los pies a la cabeza
de la más ciega crueldad. Espesadme la sangre,
tapad toda entrada y acceso a la piedad
para que ni pesar ni incitación al sentimiento
quebranten mi fiero designio, ni intercedan
entre él y su efecto. Venid a mis pechos de mujer
y cambiad mi leche en hiel, espíritus del crimen,
donde quiera que sirváis a la maldad
en vuestra forma invisible. Ven, noche espesa,
y envuélvete en el humo más oscuro del infierno
para que mi puñal no vea la herida que hace
ni el cielo asome por el manto de las sombras
gritando: "Alto, alto".
la fatídica entrada de Duncan
bajo mis almenas. Venid a mí, espíritus
que servís a propósitos de muerte, quitadme
la ternura y llenadme de los pies a la cabeza
de la más ciega crueldad. Espesadme la sangre,
tapad toda entrada y acceso a la piedad
para que ni pesar ni incitación al sentimiento
quebranten mi fiero designio, ni intercedan
entre él y su efecto. Venid a mis pechos de mujer
y cambiad mi leche en hiel, espíritus del crimen,
donde quiera que sirváis a la maldad
en vuestra forma invisible. Ven, noche espesa,
y envuélvete en el humo más oscuro del infierno
para que mi puñal no vea la herida que hace
ni el cielo asome por el manto de las sombras
gritando: "Alto, alto".
William Shakespeare
Macbeth
No hay comentarios:
Publicar un comentario