Georges Simenon
MUCHACHAS
Siempre se repite lo mismo. Hay que domesticarlas. Al principio no se atreven. Miran los terrones de azúcar como si fueran objetos preciosos. Y lo mismo ocurre con la leche, con todo. Pero al cabo del tiempo no queda más remedio que ponerlas en la puerta porque desvalijan los armarios. Claro que de todos modos las pondrían en la puerta.
Georges Simenon
La nieve estaba sucia
Tusquets Editores, Barcelona, 1994, p. 36
Georges Simenon
La nieve estaba sucia
Tusquets Editores, Barcelona, 1994, p. 36
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