Triunfo Arciniegas
MI HUMILDE DESAYUNO
23 de junio de 2023
O el desayuno del masoquista: pata y lengua. Junto a la ventana de un segundo piso, viendo pasar la gente, en una mañana esplendorosa. Pata, lengua, consomé, arepa y chocolate. Por menos de dos dólares y medio. ¿Qué más se puede pedir? Con razón me sobran veinte kilos. Y por lo menos treinta años.
La foto no es muy buena, pero el desayuno sí. Me hizo sudar más que testigo falso. Salí empapado del restaurante y fui a comprar la comida de los gatos. En ninguna farmacia encontré Escitalopram, que me funciona mucho mejor que la Flouxetina. O mejor dicho, después de unos veinte años de tomarla, me di cuenta que la Flouxetina muy poco me beneficiaba. Soy el mismo animal depresivo de mi niñez.
No tiene nada que ver con el dinero, la buena o la mala vida. el amor o la salud. Uno es así. Ciertos remedios alivian, ciertas dichosas circunstancias favorecen, pero el mal sigue ahí, como lobo agazapado en las sombras, dispuesto a saltar a la garganta.
La vida es eso: luces y sombras. Ventanas abiertas y cuartos oscuros al fondo de la casa. A veces volamos, a veces nos arrastramos. Así es mi vida al menos. De extremos.
Estoy en los días buenos. Que salga de casa es buena seña. Porque hay épocas en que no sirvo ni para traer el pan de la esquina.
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