Héctor Abad
LA TIERRA ES PLANA
Y PETRO NO ES CHAVISTA
Negar las simpatías y los nexos directos entre Gustavo Petro y el coronel Hugo Chávez es como negar que la tierra es redonda. Tan claros son esos vínculos que por los mismos, al principio de la campaña electoral, una alianza con Petro era considerada “tóxica” por parte de los demás candidatos y por parte de los más agudos analistas políticos. Se daba por supuesto que, dada su cercanía con el movimiento bolivariano, y dada la catástrofe social, económica y humanitaria de Venezuela, los colombianos no votarían jamás por un candidato como Petro.
Pero la campaña de Petro, hábilmente, ha sabido tapar esa evidencia y ha actuado con la misma cara dura y la misma impavidez de los “terraplanistas”: negando lo que indican años de observación y experiencia y sosteniendo que los supuestos vínculos de Petro con Chávez son un invento de la mala prensa, del monopolio de los medios de información, y de una alianza nefasta entre el poder, el gran capital y la oligarquía que quiere hacer ver como redondo (chavista) lo que siempre ha sido plano (abierto y democrático).
Para negar su chavismo (pese a sus innumerables defensas y elogios públicos al comandante) Petro se escuda en una idiotez de última hora: que Chávez acentúo la dependencia de las energías fósiles (petróleo) y que en cambio él promueve las energías alternativas: solar, eólica, etc. Como si una de las banderas de Chávez no hubiera sido, precisamente, acabar con la dependencia del petróleo como único producto de exportación venezolano. Otra cosa es que no lo haya conseguido (como no lo lograría Petro), pero su propuesta era igual de demagógica e ilusoria a la de Petro: convertir a Venezuela, de la noche a la mañana, en un país verde de pequeños productores.
Héctor Abad / La tierra es plana
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